domingo, 29 de septiembre de 2019

Fotografía




en el fondo
de una calle
abandonada y seca
se escucha el crujir
de unas cuantas ramas,
             
pasos en falso y ternura escondida de una ciudad salvaje

es así: andar por estas calles, asombrado,
es exponer tu cabeza a la trayectoria de una bala perdida
que bien podría llevar tu nombre

signos, sangre, entorpecidos cuerpos que se desconocen

la violencia al otro lado de la puerta, respirando

envalentonado, o quizá torpe
decido creer una vez más, en la belleza.
me dejo llevar por los contrastes turbios de mi barrio

pienso:
¿cómo puede germinar algo entre tanto cadáver?

palpo mis paredes de cristal
(éstas que rara vez me dejan respirar tranquilo)
y me pregunto
y destruyo
y dejo la imaginación sonar como un latigazo sobre el silencio
mis pies dejan de tocar la tierra.
cada forma me parece a la vez extraña y familiar

y entonces, imagino el mundo entero
como una sala vacía, abandonada y oscura.
como un anfiteatro segundos antes de que
el alba llegue y cada uno haga su papel

somos el telón, el público y el actor, todo a la vez.

me difumino entre esas tres figuras
y camino bajo el umbral extraño del absoluto
y ahí, mi lengua se entumece, porque entonces
las palabras nunca serían suficientes.

me siento como un archivo digital
que flota entre montones de basura por Internet

me siento como una página en blanco
siempre apunto de llenarse

y de repente, me prendo fuego
para gritar todo lo que me oprime el pecho.

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