miércoles, 1 de abril de 2020

"Ivan's Childhood" como el sueño de la eternidad



Terminado el último plano de la película, vemos a Iván jugando con unos niños en la playa, siendo perseguido por la figura de una jovencita semidesnuda. Ella se esconde detrás de un tronco viejo y húmedo. Están jugando a las escondidas. Atardece. Cuando Iván se fija en ella y ambos ríen, empieza una persecución por las orillas de la playa, acompañados de pequeños destellos del sol irrumpiendo en la superficie del agua hasta llegar a un punto donde la superficie terrestre es indistinguible: 
aquí es donde ocurre la magia de Tarkovski, pues al igual que el Salar de Uyuni localizado en Bolivia, ambas superficies parecen imitar perfectamente al cielo, creando la ilusión de un espejo infinito. 

¿No es esta preciosa imagen del niño corriendo "sobre el cielo", la metáfora visual más cercana a la eternidad? Toda la película hasta este punto ha mantenido un balance considerable entre las situaciones reales y la imaginación simbólica del niño envuelto por pesadillas. Hay momentos de ternura, magia y terror. Y todo esto es contrastado con escenas serias, maduras y frías donde aparecen los adultos, preocupados por la guerra. A excepción, claro, de la famosa escena del beso. 'Ivan's Childhood' es claramente una metáfora sobre cómo la infancia magnifica o distorsiona la realidad, la memoria e incluso le da un toque mágico a las pesadillas y hasta la muerte. 

Es sin dudas un tema extenso que ha sido explorado por otras películas rayando en lo jocoso o dulzón, como por ejemplo 'La vida es bella' de Roberto Benigni, o la más reciente 'Jojo Rabbit' de Taika Waititi. Si bien estas dos últimas logran su cometido de enternecernos, en 'Ivan´s Childhood' subyace todo un lenguaje mucho más complejo de imágenes que van más allá de la narrativa y se enfocan más en las imágenes. La poesía de Tarkovski se mueve sutilmente frente a nosotros, pero sólo ante las miradas que aún guardan esa misma magia. 

Click aquí para ver la escena (SPOILERS):